El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, inició su conferencia de prensa con un recuento sobre los indicadores oficiales durante el periodo contabilizado más recientemente:
- Total de hospitalizaciones en el estado: 6,946
- Número de hospitalizaciones diarias por COVID: 416
- Muertes registradas durante mayo 12: 166 (44 en asilos de ancianos)
Subrayó el compromiso que tiene el estado a los trabajadores esenciales y agradeció el gran trabajo de este grupo de empleados.
Indicó que entre los trabajadores de salud, el 12.2% ha dado positivo a las pruebas del coronavirus, un porcentaje menor que la población en general, que es de 19.9%. Lo que según Cuomo, demuestra la eficacia del equipo de protección personal. Dijo que los resultados fueron similares para empleados de departamento de policía (10.5%), bomberos (17.1%) y cárceles.
El jefe del Ejecutivo estatal resaltó la transparencia del estado a la hora de compartir la información y los datos sobre la crisis del coronavirus, diariamente, basándose en que, mediante esta estrategia, los neoyorquinos reaccionarían responsablemente.
Reiteró que si el estado reabre demasiado temprano, las consecuencias podrían ser muy negativas, por lo que hay que seguir midiendo los resultados de pruebas, hospitalizaciones y capacidad de hospitales, para monitorear y reajustar la reapertura.
Cuomo dijo que hay que mantenerse alertas durante esta crisis porque en el transcurso de la pandemia hubo mucha información errónea al principio y se tuvo que reajustar la respuesta de los estados más tarde de lo deseado. Luego hubo datos sobre la inmunidad de las personas que ya sufrieron del coronavirus y esa afirmación ya no es tan confiable.
También resaltó que los niños, que inicialmente se pensaba no eran afectados severamente por el virus, podrían sufrir síntomas de una enfermedad inflamatoria, que podría estar vinculada al COVID-19. El 70% de los menores que sufrieron esta enfermedad, parecida a la enfermedad de Kawasaki, tuvieron que ser ingresados a unidades de cuidados intensivos.
El Gobernador también recalcó que el estado necesita la ayuda de Washington para los presupuestos estatales y locales.
Expresó que hay una brecha presupuestaria de $61,000 millones de dólares, que servirían para financiar la labor de los policías, bomberos y escuelas.
Esto, además de poder financiar los esfuerzos de pruebas y rastreo de casos de coronavirus en el estado.
También hizo referencia al temor de que las grandes corporaciones usen la tragedia para justificar una reducción de personal. Dijo que algo similar pasó cuando se ofreció un rescate a los bancos en 2008, y este dinero se usó en bonos para los salarios de los altos funcionarios de los bancos y no para la protección de los trabajadores.
Sugirió que cualquier rescate para grandes corporaciones, debe estar atado a la conservación de empleos, algo, que según el gobernador, será una parte de la propuesta que la delegación congresal del estado estará defendiendo y promoviendo.
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