La mayoría de las pérdidas humanas en San Bartolomé eran inmigrantes latinos.

El sacerdote Ricardo Beuther lee en cada misa de domingo los nombres de miembros que han muerto de Covid-19 en su parroquia.

"Cada nombre tiene una historia, cada nombre no es solamente un número pero es una persona con madres y padres, con hijos y es algo tremendo para mencionar estos nombres", explica Beuther.

Héctor era uno de los 63 miembros de la parroquia San Bartolomé en Elmhurst que han muerto del virus. Héctor era ecuatoriano y deja a cuatro hijos y cinco nietos. Falleció el 17 de abril tras contagiarse, aparentemente, en su propio hogar. Su esposa sobrevivió la enfermedad.

Juan Carlos Narváez, uno de sus hijos, lo recuerda como un padre trabajador y muy querido por su familia y amigos: "Fue un excelente padre que nos enseñó a trabajar a todos. Con mi mamá era cariñoso. Si alguien lo necesitaba para algo, nunca se negaba". 

Lo que está pasando en la iglesia San Bartolomé es la realidad de lo que ha pasado en Elmhurst, Queens, una de las áreas más impactadas por esta pandemia.

La mayoría de los fallecidos en la parroquia son inmigrantes latinos. 

"Para mí esto es como un tsunami, lo que pasó en la comunidad de Elmhurst", explica el padre Beuther.

Antes del coronavirus la parroquia San Bartolomé ofrece servicios de misas a unos 850 feligreses, ahora solamente permiten a 5 feligreses en la iglesia, aunque cuenta con más de 7,000 feligreses viendo por Facebook live. 

"Cuando estoy celebrando la misa y mencionando estos nombres. Yo puedo, personalmente, sentir esta paz y creo que Dios está ofreciendo esa paz a las personas que están sufriendo", detalla el padre Beuther.

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