“Todo esto era mesas, ahora hicimos esto lo de las frutas con nuestra mesas del restaurante lo hemos hecho para poner la fruta”.

Dominga Sandre, la dueña del restaurante “La Piñata Mexicana” en Woodhaven, dice que cuando reabrió su negocio en mayo las ventas estaban por el suelo y hasta tuvo que despedir a dos empleados. 

“Subió la carne, es imposible vender tacos a 15 o 16 dólares la orden, muy, muy poco. La gente no lo compra preguntan y se van", explicó Sandre.

Pero fue en eso momento que se le ocurrió la idea: usar el espacio del restaurante para vender frutas y vegetales.

Pero bueno, algo a nada, pues nosotros las frutas nos ha dado bastantito, gracias a Dios".

Dominga todavía conserva un pequeño deli, donde vende unas seis órdenes de comida como quesadillas, sopas y tamales. Pero ahora, lo que la mantiene es la venta de productos frescos.

La pequeña empresaria tiene siete hijos y por el momento este negocio es del único sustento de toda familia.

“Hay que sobresalir, y por eso cuando me hablan de México, “mamá necesito dinero”, sí hijo mañana te pongo, 50, 60 dólares son buenos para allá".

 

Frutas y vegetales.

 

 

Con las ventas del negocio y gracias al descuento del casero se ha mantenido al dia con el alquiler. 

Cuando le preguntamos si planea abrir el restaurante cuando se permita comer adentro, dice que no lo ve en sus planes cercanos. 

“No, uno se siente bien, porque va uno a pensar que de nuevo va a ser igual como ante, verdad, pero no yo no creo que en dos semana se haga eso no, no estoy pensando en eso. Yo lo que quiero que estemos bien.”

Mientras tanto continuará vendiendo verduras hasta que el COVID-19 sea un recuerdo en Nueva York. 

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