Bares y restaurantes bajo estricta vigilancia de autoridades estatales

El peso de las autoridades ha comenzado a impactar a restaurantes que, aparentemente, no cumplen los requisitos para vender licor durante la pandemia.

Y Queens ha sido uno de los condados más afectados.

Tan solo sobre el transitado Northern Boulevard, han sido dos restaurantes a los que les han suspendidos sus licencias para vender bebidas alcohólicas.

De acuerdo con Ana Rojas, una vecina del lugar: "Hay la mayoría de gente que salen a los restaurantes sin la protección adecuada, beben alcohol están muy cercas entonces corren el riesgo".

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció que la Autoridad Estatal de Licores y agentes del Departamento de Policía de Nueva York inspeccionaron a más de 1,000 restaurantes y bares donde encontraron infracciones en 84 establecimientos, durante el periodo comprendido entre el 17 de julio hasta el 23 de julio.

Además, el pasado fin de semana, otros 27 locales más violaron las reglas sanitarias del Covid-19.

Esto puede resultar en multas de hasta $10,000 dólares o la suspensión de la licencia para vender alcohol.

Las violaciones que encontraron los inspectores incluyeron: empleados y clientes sin mascarillas y el hacinamiento de personas, lo que dificulta el distanciamiento físico.  

"Entiendo la necesidad de la gente, en términos de pasar un rato con sus amigos. Pero tenemos que hacerlo y tenemos que tener cuidado a lo máximo", comenta Shekar Krishnan, vecino del área.

En Queens, a seis restaurantes con bares les han suspendido sus licencias de licor.

Los más recientes: La Pollera Colorada 2 y Guaro's Tapas Bar Lounge, dos populares bares de la Northern Boulevard.

Los lunes el dueño de este café tiene que limpiar mucho después de que personas dejan las botellas de cerveza y licor los fines de semana.

Así lo explica Samuel Velásquez, propietario del Parva Bakeshop and Cafe: "La verdad es un poco triste cómo se está volviendo el lugar porque en la mañana porque abrimos temprano uno encuentra botellas, vasos, vidrios quebrados por todos lados".

Sin embargo, aunque algunos dicen que están de acuerdo con revocar las licencias de licor, también les preocupa que muchos de los empleados pierdan sus trabajo. 

Y para Pedro Reynoso, otro lugareño: "Somos inmigrantes, entonces nosotros tenemos familias que mantener todo, y yo creo que una parte la gente están haciendo mal no piensan por los demás". 

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