A pesar de que a partir de este miércoles los restaurantes podran volver a servir en el interior de sus locales, el limite de un 25 por ciento de capacidad que ha impuesto el estado de Nueva York preocupa a algunos propietarios.

Susana para el caso, dueña del restaurante MamaSushi en Dyckman, piensa que eso no será suficiente para pagarle a los 68 empleados que tiene, incluyendo unos 20 meseros.

“Con el 25 por ciento solamente un mesero, un 'host' y un 'busboy' podrán trabajar a diario”, dijo Susana.

Los dueños de restaurantes explican tambien, que ya la situacion financiera es complicada ya que ademas de los cierres que experimentaron por varios meses, ultimamente han tenido grandes gastos para acomodar el servicio al aire libre.

Han debido comprar toldos, divisiones y decoraciones, entre otras cosas. 

Y ahora con la llegada de días más fríos temen que perderán esta clientela.

Aun así, Susana ha comprado estas lámparas de calefacción que cuestan más de 300 dólares cada una. 

“El 'weather' no los ha tratado muy bien por el mes de septiembre por completo, ha estado un poco frío. Lamentablemente el caso no te puedo decir que con el 'outdoor dining' estamos cien por ciento bien”, agregó Susana.

A pesar de toda las medidas que están tomando, algunos dueños de restaurantes piensan que si no aumenta la capacidad al menos el 50 % podrían perder sus negocios.

Y le piden al gobernador que realice estos cambios antes de que lleguen temperaturas más frías.

“Que significa eso que la economía no va para ningún lado....Nos permitan un 50 por ciento a seis pies de distancia”, dijo una mujer. 

Para presionar al gobernador, este lunes hubo una protesta frente a su oficina en la ciudad en demanda de que se aumente la capacidad en el interior de los restaurantes. 

Entre las medidas que los restaurantes tendrán que implementar para servir adentro están: tomarle la temperatura a los clientes y apuntar sus datos para asegurarse de que si se presenta un caso puedan rastrearlos rápidamente.

Las autoridades senalan que dependerá del éxito de esta primera fase de reapertura bajo techo para determinar si se aumenta el porcentaje de personas que podrán comer en el interior de los restaurantes.

Algo que la propietaria Susana espera con ansias. 

“Lamentablemente ese es el caso y vamos a tener que enfrentar y trabajar en eso”.

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