Fidelia López, ha vivido gran parte de su vida en Far Rockaway. Aquí crió a sus dos hijas y aquí abrió su salón hace 20 años. 

Este jueves, Fidelia, o Denise como todos la conocen, se prepara para regresar a su local ahora que el gobernador Cuomo levantó las restricciones a negocios no esenciales. Los últimos días han sido duros.

“Es muy triste, después que tú estás trabajado todos los días, tú dejar de trabajar para estar en la casa", dijo Fidelia.

Pero esta mañana volvió a la actividad.

Fidelia compró productos de protección para el salón, un gasto de casi 800 dólares.  

“Dejame decirte, la gente cree que el covid es un juego pero el covid es una realidad", agregó Fidelia.

Fidelia tiene 65 años y aunque quería volver a trabajar, le preocupa contraer el coronavirus. Por eso trata de mantener todas las medidas de seguridad posibles.

“Porque si yo cuido a mis clientes, me estoy cuidando yo y estoy cuidando a mi familia".

Sus hijas son mayores y ya no viven con ella, pero cuando la visitan traen a sus cinco nietos y no quieren que se enferme.

Al mismo tiempo, poder volver a trabajar era una ilusión.

“Voy de camino al negocio a abrir las puertas, a limpiar para que todo el mundo llegue y ya tú sabes que nosotros estamos tan contentos y tan felices", agregó Fidelia.

Varios fieles clientes celebraron su entrada al salón después de estar cerrado dos semanas. Esperaban con ansias volver a arreglarse los cabellos. 

La alegría se hizo sentir.

“Gracias señor, gracias que estamos abriendo este negocio, pequeño señor".

De nuevo, la limpieza de cada estación vuelve a ser parte de la rutina en el salón para evitar contagios. 

“Porque todo hay que desinfectar todos los días", dijo Fidelia.

Y a pesar del alivio, las cuentas no salen. En estos días sin trabajar dice que ha perdido unos tres mil dólares y no le da para pagar los tres mil que debe de alquiler y los demás gastos del negocio.

“Y hasta ahora no tengo el dinero para pagarlo. A ver lo que Dios dispone con la vida de nosotros".

Ahora su objetivo a corto plazo es recuperarse. Para ello necesita llamar a sus clientes para avisarles que ya está de regreso y trabajar los siete días de la semana.

“Esperemos que la gente venga al salón".

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