"Lo que necesitamos es alivio financiero. Necesitamos imponerles impuestos a los multimillonarios para poder ayudar a los pequeños negocios", expresó la senadora estatal por Queens, Jéssica Ramos.

Esta fue la reacción de políticos locales a la ordenanza del gobernador que cerrará gimnasios y restaurantes en un toque de queda de las 10 de la noche a las 5 de la mañana, en todo el estado.

Dicha iniciativa inició a partir de este viernes para controlar lo que Cuomo llamó "un mar de casos" de coronavirus.

A pesar de que podrán llenar órdenes a domicilio o para llevar sin alcohol, los que se dedican a la industria esperan pérdidas que podrían poner en peligro su supervivencia.

Bárbara Sibley, chef y propietaria del restaurante La Palapa, comentó al respecto: "Mínimo vamos a perder 30% de los comensales que no van a llegar. Mejor limitar el número de personas en las mesas no otras cosas".

Otros señalan que el aumento de contagios obedece a la falta de cooperación con medidas de seguridad.

"Perdí familiares: mi tío, mis dos primos que vivían en corona y por eso pienso que no puedo abrir aquí afuera porque tiene que estar al aire libre. Yo creo que la mascarilla sí funciona", José Ángel Amigón, quien es gerente de un restaurante.

También quedan restringidos los horarios de licorerías y las reuniones de más de 10 personas, incluyendo aquellas para el Día de Acción de Gracias y fiestas decembrinas, que algunos planean observar.

El gobernador Cuomo no descartó medidas adicionales que podrían anunciarse a partir de este próximo lunes como resultado de la reunión con los gobernadores de la región noreste del país. 

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