Claudia Balderas le da gracias a Dios en este Miércoles de Ceniza por haberle dado una segunda oportunidad… ella fue una de los primeras neoyorquinas en contraer el COVID-19 en marzo del año pasado. 

“Fue difícil todo esto y hasta ahorita yo todavia yo lo recuerdo con un sentimiento de tristeza”, contó Balderas.

Claudia pertenece a la iglesia Católica San Bartolomé en Elmhurst, fuertemente impactada por la pandemia hace casi un año.

Más de 63 feligreses de esta parroquia murieron a causa del virus. Por eso este miércoles dieron inicio a la Cuaresma orando por los que ya no están.

La hermana y el hermano de Claudia no tuvieron la misma suerte que ella y no pudieron superar la enfermedad. En este tiempo de cuaresma ella pide sanación por el año tan difícil que tuvo. 

“Poder superar todo esto que está pasando porque en algunos momentos siento tristeza y el saber, o sea, no entiendo”, agregó Balderas.

El Padre Ricardo Beuther, también fue sobreviviente del coronavirus. Explica que, como es tradición, las cenizas de este año vienen de las palmas que fueron utilizadas el año anterior en el Domingo de Ramos.

El Padre Ricardo dice que este día es una tradición entre los creyentes para recordarles a los católicos la importancia de la oración y el perdón de los pecados. 

“Que nuestros feligreses van a sentir la presencia del señor y recordar que en todo momento el señor está caminando con nosotros”, dijo el sacerdote.

En iglesia en Elmhurst.

En este Miércoles de Ceniza la iglesia San Bartolomé ha ampliado su calendario de misas con un aforo máximo del 25 por ciento de capacidad para cumplir con los protocolos de seguridad de la pandemia. 

“Sobre todo en este tiempo de COVID, creo que este es un tiempo de confianza también para confiar que el señor siempre esta con nosotros especialmente en los tiempos difíciles”, dijo el padre Beuther.

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