Los tamales de la salvación.  

Así los llama Marlon Hernández, un inmigrante indocumentado quien decidió dedicarse a su venta para salir a flote durante la pandemia tras perder su trabajo como mesero en un restaurante en Manhattan.

“A lo que mi concierne, gracias a esto es que yo ahora sobrevivo. Ahora yo me siento tranquilo, ahora yo digo tengo un ingreso", explicó Hernández.

Para esto, Marlon unió fuerzas con Aída Márquez, una vendedora ambulante mexicana experta en tamales, quien cerró su puesto por falta de clientela.

“Totalmente se cerró la fuente de ingresos y yo tengo que confesar que fue bien desesperante, nosotros no tuvimos ninguna ayuda", dijo Aída.

Aída los prepara y Marlon se encarga de promocionarlos y hacer las entregas a domicilio de viernes a domingo.  

Aída.

En estos tres días venden aproximadamente unos 700 tamales a tres dólares cada uno.

Un ingreso individual de unos 750 dólares a la semana, suficiente para salir de la crisis en la que se encontraban.

“Entonces era una frustración bastante grande, bastante grande que no podía rendirme ni dejarme caer", agregó Marlon.

Con esta entrada ha podido mantenerse y enviar unos 800 dólares mensuales a su mamá para medicinas.    

“Y lo último que se le diagnosticó es que tiene mala circulación de la sangre y hubieron varias veces que ella estuvo al punto de no librarla, por decirlo así".

Marlon, de 33 años, es el tercero cuatro hermanos y el único de su familia fuera de Honduras.  

Su primer trabajo fue en Texas lavando carros cuando tenía 20 años.

Luego se mudó a Miami, Florida y tras seis meses sin empleo decidió venir a Nueva York. Aquí empezó como lavaplatos hasta ascender a mesero.

Dice que la pandemia cambió su rumbo para bien.  

Sus tamales se han hecho populares entre los residentes de Queens y Brooklyn quienes lo compran por su auténtico sabor.

“Y esto son mucho a los que conseguimos en Monterrey, entonces para mi es como es volver a casa por un día… nos encanta", dijo Paulina Treviño, una de las clientas.

Marlon dice que ve tanto futuro en la venta de tamales que hace unas dos semanas sus ex jefes lo llamaron para que volviera a trabajar en el restaurante pero rechazó la oferta.  

Ahora tiene otras metas, dice.

“Mi visión es esa, tratar de entrar al mercado donde incluso podemos entrar a los restaurantes que nos compran por mayoreo y nosotros poder distribuir diario.

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Tamales.