Domingo a las cuatro de la tarde: un violento y aparentemente injustificado ataque a un repartidor de comida, en plena vía pública y a la luz del día pone de manifiesto —una vez más— el peligro que enfrentan miles de latinos que se ganan la vida transportando alimentos a la intemperie, para neoyorquinos que evitan el frío, la lluvia o el calor quedándose en casa.
"Hemos sido testigos de la aumento de la violencia, los asaltos y los robos que enfrentan los repartidores de comida al ser uno de los trabajos más esenciales para la ciudad", dijo Ligia Guallpa, directora del Proyecto Justicia Laboral.
El trabajador de 53 años de edad corrió con suerte. Aunque cayó de su bicicleta tras ser apuñalado por la espalda, llegó al hospital y se reporta en condición estable.
El NYPD publicó las escalofriantes imágenes con la esperanza de dar con el atacante, que se dió a la fuga en dos ruedas.
🚨Wanted for ASSAULT: On 6/13 at 4 PM in the vicinity of 3480 Fulton St in Brooklyn, a 53-year-old male was delivering food on his bike when he was stabbed in the back by an unknown individual. Any info DM @NYPDTips or call ☎️800577TIPS anonymously. pic.twitter.com/w4VcaLCEgx
— NYPD NEWS (@NYPDnews) June 15, 2021
Los llamados “deliveristas” dicen que entre ladrones armados y otros agresores, sin apoyo de las “apps” o compañías que los emplean, ni de las autoridades, su situación se ha vuelto insustentable.
"Ojalá que las autoridades hagan algo al respecto porque finalmente el que sale a la calle se perjudica más y muchas veces nosotros queremos hacer las cosas bien pero siempre va haber criminales", dijo un repartidor.
"Tenemos hijos, tenemos que llegar con algo para la casa para el sustento y que las autoridades reaccionen porque ya no es justo que los deliveristas sean atacados constantemente", agregó otro repartidor.
Otros confían en sus precauciones y sus familias en rezos.
"Nosotros también necesitamos cuidarnos más y es lo único, porque las autoridades no le hacen caso alguno", dijo otro repartidor.
A pesar de las varias iniciativas para ofrecerles más garantías de seguridad a estos trabajadores, su papel como contratistas independientes impide que tengan acceso a dios pagados por enfermedad o después de haber sido atacados.
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