Lucio González emigró de Guerrero en México hace unos años. Vino porque un cartel amenazó el pueblo donde él vivía. Hoy Lucio participa en una marcha de vendedores ambulantes, trabajo que se vio obligado a realizar debido a la pandemia.
"El año pasado, como perdí mi trabajo, yo vi que la gente empezaba a salir a la calle y dije, 'tengo que luchar también, ya no tengo nada qué hacer, no hay trabajo'", contó Lucio.
Lucio puso un puesto de comida en la calle Fordham en El Bronx.
"Yo sigo vendiendo mis tacos nada más, tacos, aguas frescas nada más y jugo de naranja".
Pero Lucio explica que debe más de dos mil dólares de multa y denuncia que las autoridades se han dedicado a castigar a nuevos vendedores como él.
"Son tres multas que me dieron juntas, tres multas en un solo día. Me dieron una de mil, otra de mil y otra de 50 por no tener licencia y permiso", detalló Lucio.
Lucio tuvo que mandar a sus dos hijos a otra ciudad porque no tiene dinero y no sabe cómo saldrá adelante.
"Estoy preocupado porque no tengo de dónde agarrar, pero voy a tratar de conseguir para pagar esa cantidad, esa multa...En vez que nos ayuden nos están tirando las multas y eso es injusto", dijo Lucio.
Lucio y otros vendedores piden a la ciudad que perdone y deje de poner multas mientras continúe la crisis económica de la pandemia. También quieren que la legislatura estatal apruebe un proyecto de ley que eliminaría el límite máximo de permisos.
"Que suspenda por medio de un moratorio todas las multas a todos los ambulantes no autorizados", dijo Eric Nava, del Proyecto de vendedores ambulantes. "Queremos que hagan más accesibles los permisos, queremos que no tengan un tope, un límite".
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