Kimberly Tenesaca tiene solo 16 años y quiere que cada familia que acuda a este banco de alimentos reciba un plato de comida caliente y víveres.  

"Está bien presente que hay mucha gente que no tiene los suficientes recursos. Entonces, yo pienso que es necesario poder repartir y devolver a la gente que lo necesita más", explica la joven voluntaria.

La necesidad continúa en el vecindario de Corona que fue uno de los epicentros de la pandemia. Familias inmigrantes acuden a varios centros comunitarios para recibir alimentos. Muchos han recuperado sus trabajos pero con menos días y horarios recortados.

 

La oficina del concejal Francisco Moya ha recaudado más de $100,000 dólares para que cada banco de alimentos en Corona continue en días como hoy. 

"Creo que esto es algo común que nosotros seguimos haciendo en la comunidad porque es tan importante que aunque estamos saliendo de esta pandemia todavía tenemos que dar los servicios a comunidades que han sido muy afectadas", explica Moya.

Uno de los centros comunitarios para distribuir comida está ubicado en la iglesia Nuestra Señora de los Dolores. Alrededor de 200 familias reciben alimentos gracias a la colaboración con la Federación Hispana que recauda donaciones de cinco restaurantes de Corona y East Elmhurst.

La joven Kimberly acude a la iglesia Nuestra Señora de los Dolores y es parte del campamento de verano de la asociación del padre Billini donde una de las tareas es ayudar a su comunidad: "Yo pienso que desde muy pequeña me ha gustado compartir regular y devolver a la gente".

Su abuelo murió de Covid-19 en Ecuador. Y ella tiene como meta estudiar medicina y algún día ser doctora en este vecindario: "Yo se que es difícil cuando hay crisis así y que quisiera ser una personas mas que ayude a la gente y pueda salvar las vidas de los demás", detalla la joven.

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