Con cada día que pasa, desde la fatídica madrugada del 29 de junio, crece la angustia para la familia de Tiburcio Castillo.

“Los médicos me han dicho que mi esposo está prácticamente muerto, pero yo tengo la esperanza de que él se salve y, de hecho, ya me dijeron que lo iban a desconectar”, contó Senorina Félix, esposa de Castillo.

Desconsolada, la esposa de Tiburcio Castillo, el repartidor de comidas brutalmente asaltado en el puente de Willis Avenue en El Bronx, busca la manera de apelar ante una corte para que el Hospital Lincoln le dé más tiempo a su esposo para reaccionar del estado de coma en el que se encuentra.

“Y yo pido que me ayuden por favor, porque yo tengo mis hijos que lo necesitan a él, así como yo también y solo pido que me ayuden por favor porque he recorrido por todas partes y nada, todas las puertas se me cierran”, agrego Félix.

“Yo sé que ellos dicen que prácticamente no es posible que él sobreviva. Yo lo entiendo, pero ellos no quieren hacer otro examen para ver si es que su cerebro aun sigue funcionando o no”.

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Lo que es peor aun es que Tiburcio es el tercero de la misma familia y de la misma industria de repartidores de comida que se encuentra en estado de coma.

Dos a causa de choques automovilísticos y él debido a un asalto.

Él y un primo están en este hospital y otro primo en el hospital Mount Sinai de Manhattan.

“Está Tiburcio y su primo Frankie en este hospital, de la familia De los Santos. Y está otro compañero, Felipe De los Santos está en el hospital de la 114 por Mount Sinai en Manattan. Tres primos en un solo mes (junio), todos ellos regresando a casa después de trabajar”, explicó Sergio Solano, del Movimiento de Repartidores de Comida de NYC.

A la fecha, la familia no tiene mayor información por parte de la policía, excepto que habían capturado a dos hombres pero que fueron puestos en libertad ya que la víctima no pudo identificarlos.