Cuando llega el otoño, el negocio La Newyorkina cambia sus helados y paletas por los churros, galletas y, por supuesto, el pan de muertos.

“El pan de muertos es mi pan favorito, como decimos, del mundo mundial”, dijo Fany Gerson, chef y fundadora de La Newyorkina.

La sonrisa de Fany Gerson lo dice todo. 

Originaria de Ciudad de México, esta chef prepara junto a su equipo de trabajo los panes dulces y esponjosos. Algunos serán disfrutados y otros usados como ofrendas para celebrar, durante el Día de los Muertos, a los que han partido.

 

“En México, las tradiciones de días de muertos es una celebración porque es una celebración de vida. La gente va a los panteones y hace una fiesta. Es una fiesta literal en el panteón, donde llevan la comida, los tragos, cualquier cosa preferida de la persona que estén celebrando”, explicó Gerson. “El pan de muertos es algo que está presente en casi todas, sino en todas las ofrendas”.

Hay muchas variaciones del pan y, desde Brooklyn, La Newyorkina hace el más popular de México, ese que lleva esencia de azahar y naranja además de leche, huevo, harina, azúcar y otros ingredientes. Fany también propone una versión de relleno con chocolate mexicano.

“Para mí, hacer este pan es algo muy especial. Yo siento que el vivir fuera de México, de alguna manera, como que me acercó a él", agregó Gerson.

En 2009, Fany recorrió su país natal para investigar de cerca sabores y recetas tradicionales. 

Así nació el primero de sus tres libros, ‘My Sweet Mexico’.

“Esa experiencia de estar tanto tiempo, conociendo a tanta gente maravillosa, entrevistándolas, o sea sentí que tenía una misión, más allá de un deseo, sino una misión de seguir compartiendo la dulzura de México, que siempre digo que suena muy cursi, pero bueno siempre he sido un poco cursi y así la he vivido”.

Durante todo el mes de octubre, el horno está activo, dando forma al pan con deditos de huesos y escarchado de azúcar, listo para ser entregado; especialmente el 1 y el 2 de noviembre, fechas oficiales del Día de los Muertos que comenzó en la época prehispánica.

Los panes se distribuyen por toda Nueva York y también otros rincones de Estados Unidos, en donde gente ansiosa los espera para celebrar esta tradición que hace tiempo traspasó las fronteras de México.