Lionel Messi está de vuelta en la final de la Copa del Mundo con Argentina en su misión de ganar el mayor premio del fútbol por primera vez.

Y, a sus 35 años, no podría estar jugando mejor.

 

 

Messi transformó un penalti y participó en los otros dos goles de Julián Álvarez, llevando a Argentina a una victoria por 3-0 sobre Croacia el martes, que le permite enfrentarse a Francia o Marruecos en el partido por el título del domingo.

Será la segunda final mundialista de Messi -Argentina perdió la otra ante Alemania en 2014- en la que podría ser su última participación en el torneo.

Sin embargo, podría ser la forma perfecta de despedirse para un jugador ampliamente considerado como uno de los mejores jugadores del fútbol, si no el mejor.

Messi está haciendo las delicias de su legión de seguidores, con su giro y su carrera en coche para dar el tercer gol a Álvarez en el minuto 69, que personifican su confianza y su arrogancia. Está asumiendo la responsabilidad de llevar a Argentina a su tercer título mundial, y ha marcado en cinco de los seis partidos que ha disputado en Qatar.

Incluso le pararon un penalti en el partido en el que no marcó.

Croacia fracasó en su intento de alcanzar su segunda final mundialista consecutiva tras encajar dos goles en un lapso de cinco minutos a partir del 34, justo cuando el equipo parecía sentirse cómodo en el estadio Lusail.

Hubo un momento a mediados de la primera parte que debió de infundir miedo a todos los argentinos, cuando Messi pareció agarrarse el isquiotibial izquierdo y frotárselo.

¿Tendría que salir el astro argentino? No hubo tanta suerte para Croacia.

Messi no tardó en jugar con sus rivales como sólo él sabe hacerlo, y adelantó a Argentina al transformar un penal por la escuadra después de que Álvarez fuese derribado por Dominik Livakovic tras superar al guardameta croata.

Álvarez marcó su primer gol al final de una carrera desde la mitad del campo, tras un pase en corto de Messi. Álvarez marcó el tercero tras una gran jugada de su compañero cerca de la esquina derecha que dejó a Josko Gvardiol, uno de los mejores defensas del Mundial, atrapando el balón.

Fue un partido demasiado largo para Croacia, que había derrotado a Japón y a Brasil en la tanda de penales de la fase eliminatoria, y para su centrocampista estrella Luka Modric, quien, a sus 37 años, probablemente haya jugado su último partido mundialista.

Para resumir un partido frustrante para el pequeño mago del mediocampo, fue sustituido en el minuto 81 y tenía la nariz roja y brillante después de que el balón le golpeara en la cara momentos antes.

Argentina mantuvo su récord de no haber perdido nunca en las semifinales del Mundial y ha llegado a la final por sexta vez.

Aquellos días oscuros tras perder contra Arabia Saudí en su primer partido de la fase de grupos parecen ya muy lejanos para Argentina, que será difícil de frenar en la final con Messi jugando así de bien.

 

La gran estrella y el joven goleador.

 

Argentina ha alcanzado su sexta final mundialista.

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