A sus 12 años de edad, Ingrid Villa ya sabe que quiere ser cuando sea mayor.

Este martes tuvo la oportunidad de ver el cerebro de cerca, y hasta simular una operación para detectar un tumor, a través de la cámara instalada en los instrumentos que diariamente usan los neurocirujanos.

“Cuando crezca y sea doctora puedo saber cómo ayudar a la gente, y poder saber en qué tipo de lugares el cerebro está funcionando, y como les puede ayudar”, señala Ingrid, estudiante la escuela secundaria Isaac Newton.

Eli Ramírez, otra estudiante de la misma escuela, también pudo encontrar muchas cosas interesantes relativas al cerebro, eso sí, con la guía de expertos del hospital Monte Sinaí de Manhattan

“Primero, no lo pude encontrar, fue un poco difícil, intenté buscarlo hasta que lo encontré, me puse nerviosa y lo tuve que buscar una vez y otra vez”, dice.

“Era un poco extraño saber cerebro, pero fue divertido como conocer partes del cerebro, ver cómo en realidad es y para que funciona. El cerebro sirve para todo controla tus emociones, y controla como actúa tu cuerpo”, indica Ramírez.

El ecuatoriano Chris Guevara está a solo un semestre de ser doctor en neurociencia, y de niño también tuvo la oportunidad de estar en una feria como esta.

“Lo que estudio es dedicado a mi abuelo, pues falleció de párkinson cuando yo tenía unos 10 años y siempre me fascino, aprender más del cerebro y explorar que exactamente causa enfermedades así. Poder estudiar la biología del cerebro y como las células y como diferente parte de nuestro cuerpo se comunica y funcionan”, sostiene Guevara.

En la décimo primera feria anual de conciencia del cerebro, organizado por el hospital Monte Sinaí, cientos de jóvenes pudieron interactuar con expertos y ver el cerebro de animales, de humanos y aprender de su importancia

Julia M. Beroza, directora neurocirugía en el Monte Sinaí explica:

“El cerebro es una de las partes más importantes del cuerpo, controla todo lo que hacemos, desde como pensamos, como hablamos, como actuamos, y es crucial que, los niños comprendan cuán importante es.”

Como parte del aprendizaje, los niños pueden ingresar a este enorme cerebro, y a cada paso ver de cerca, las funciones de las células, las neuronas y de los lípidos grasos que ayudan con los signos eléctricos.

“Con estos electrodos conectados a mi antebrazo y con esto algunos de los estudiantes también conectados a sus antebrazos y cuando yo muevo mis músculos también puedo controlar sus músculos”, sostiene Fredyson Martínez, doctor de Neurociencia del Monte Sinaí

“Esa es una de mis metas, servir de ejemplo que si yo estoy aquí como latino, como puertorriqueño otros latinos también pueden hacerlo, estos niños se pueden inspirar, vernos a nosotros ensenándoles a ellos”, añade Martínez

cerebro