Un grupo de repartidores de comida entregaron pizza frente a la oficina de la senadora estatal Liz Krueger para pedir que apoye la legalización de las bicicletas eléctricas. 

Se trató de un acto simbólico para demostrar la importancia del trabajo que realizan los repartidores, cuya principal herramienta laboral son las bicicletas eléctricas. 

Los trabajadores aseguran que este medio les permite recorrer largas distancia en poco tiempo y sin tener que hacer tanto esfuerzo físico.

Pero debido a que el uso de estas bicicletas es ilegal, los repartidores, que en su mayoría son inmigrantes, se enfrentan a la constante amenaza de ser multados y de que sus bicicletas sean confiscadas.

"Tienen miedo de usar las e-bikes, pero tienen más y más deliveries que tienen que hacer, más distancia para cubrir y necesitan de esta tecnología, de esta herramienta", dijo Erwin Figueroa, de la organización Transportation Alternatives.

"Las autoridades neoyorquinas exageran porque por un motivo o algo así, sin una circunstancia nos ponen un ticket que ya es parte de nuestro salario y que ese dinero ya sacamos de nuestras bolsas porque a la compañía que le trabajamos, claro, no nos paga, no nos cubre esos gastos", dijo uno de los repartidores.

Actualmente la legislatura estatal debate un proyecto de ley para legalizar el uso de las bicicletas eléctricas.  La senadora Krueger es una de las principales opositoras del proyecto.