Un álbum virtual que se alimenta de la memoria hispana en la Gran Manzana. 

Es la idea de Nuevayorkinos, una página web y una cuenta de Instagram que recopila fotos de latinos que llegaron a la ciudad antes de 2001. 

Allí está la última foto con los amigos de la primaria, la tarde en que una niña estrenaba unas botas nuevas. 

Su creadora, Djali Alessandra, se inspiró en un retrato de su madre a los 16 años y con esa foto se inicia el álbum.

"Mi mamá... Ella tiene una historia bien personal, pero también muy universal", apunta Alessandra. 

Su madre es la típica joven inmigrante de la República Dominicana que encontraba en casa de una amiga la paz que no tenía en su hogar.

En poco tiempo, Nuevayorkinos logró recopilar cientos de fotos –cada una con una historia propia– un testimonio de esos primeros años de ilusiones en la gran ciudad.

Al respecto, Djali señala: "Somos bien orgullosos de ser de Santo Domingo y de Dyckman, de Guayaquil y de Queens, de Santurce y de El Barrio, ¿no?"

Pero en el camino, Nuevayorkinos también puso sobre la mesa una realidad que vivimos en la ciudad. 

"Yo tengo un amigo que vive muy cerca que un día una mujer llamó a la policía porque ella no creía que él vive ahí, en el edificio y su familia ha vivido ahí por casi cinco décadas. Con el proyecto yo puedo hacer algo sobre el fenómeno de gentrificación", detalla Alessandra.

Los barrios que hoy están de moda, fueron antes vecindarios con mucha presencia latina y Nuevayorkinos tiene la prueba.

Como una familia de 12 que compartió un departamento de Park Slope en 1990, una madre en un día de nieve en Bedford-Stuyvesant en 1982. Todos, unidos por una identidad en la Gran Manzana.

"Muchas cosas nos unen como latinos en Nueva York, la salsa, nuestra actitud, nuestra sabrosura, la cultura híbrida que tenemos como latinos en Nueva York", explica Djali.

El apoyo que tiene el proyecto tomó por sorpresa a Djali, son cientos de fotos que aún están por publicarse. 

"Cuando eres un miembro de Nueva York, y cuando eres un nuevayorquino, nuevayorquina, nuevayorquinxs, tienes una sabrosura que no hay palabras para definirla", concluye su creadora.