Los residentes de este edificio del Alto Manhattan dicen estar anonadados tras enterarse de que su casero quiere obtener un certificado de No Acoso por parte del gobierno municipal. 

Estos inquilinos exigen que dicha petición sea rechazada.

De acuerdo con Paola Penales, una de las inquilinas: "Este landlord está loco. Él nos está tratando como si nosotros no somos gente. Quiere sacarnos de aquí pero nosotros no nos vamos a ir de aquí. Este es nuestro home, nuestra casa".

La queja de Penales, una de las habitantes del inmueble ubicado en el 711 de la calle 180, hace eco a las de sus vecinos, quienes aseguran que la empresa Barberry Rose Management, no solo se ha negado a realizar arreglos a los apartamentos, sino que ha estado presionando a inquilinos para que se muden.

La queja de los vecinos se mantiene uniforme: "Pedimos que no se lo den. Él compró este edificio solamente porque quiere dinero. A él no le importa la gente que vive en el edificio. La manera como nosotros estamos viviendo ninguna persona debería vivir así".

El llamado llega al mismo tiempo que este casero asiste a una serie de audiencias ante la Oficina de Juicios y Audiencias Administrativas, con el fin de obtener este Certificado que entrega la Oficina de Preservación y Desarrollo de Vivienda de Nueva York. 

Y es que según la Municipalidad, este certificado, creado hace un año, está diseñado para desalentar a los propietarios de usar el acoso como un medio para desplazar a los inquilinos y aumentar las ganancias.

Sin embargo, José Pérez, presidente de la Asociación de Inquilinos, explica que este proceso de certifiación es solo otra forma de continuar con el acoso.

"Él lo que quiere es tratar de una forma u otra de que le paguemos más renta. Todos los landlords tienen el mismo propósito", detalla José Pérez, presidente asociación de inquilinos.

Carmen de la Rosa, asambleísta del Alto Manhattan, explica que -como residente de la zona- entiende la preocupación de los inquilinos y asegura que su oficina está trabajando para apoyar a quienes estén pasando por circunstancias similares.

"Nos contactámos con la ciudad de Nueva York, con el Departamento de Vivienda, [para ver] si hay un arreglo o unas violaciones mayores y severas que existen en los apartamentos para que hagan una inspección", detalló De la Rosa.