German y Karina Moya, padre e hija, trabajan en su empresa familiar que ha estado en Washington Heights por más de 25 años.
Ahora, a la vuelta de la esquina de su negocio hay un nuevo centro de prevención de sobredosis. Hay otro de estos centros en Harlem.
Usuarios de drogas pueden traer sus sustancias ilegales y consumirlas en estos lugares bajo supervisión.
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“No creo que es una buena idea que eso esté ahí. Estaba hablando con mi hermana, eso como que debieron ponerlo en un sitio que no haya mucha gente", dijio Karina Moya.
Muchas empresas pequeñas en la comunidad tienen preocupaciones similares.
En un negocio nos dijeron que están buscando otro espacio para poder mudarse.
Otros dicen que el vecindario se siente más peligroso. Los pequeños negocios están notando más personas merodeando por la cuadra que parecen estar drogadas.
“Las personas tienen miedo. Uno mismo tiene miedo. Porque tu no sabes, una persona de esas que se endrogue el tipo de reacción que tenga hacia otra persona", agregó Germán Moya.
Eleazar Bueno, el presidente de la Cámara de Comercio de Washington Heights, nos dice que esperan que el centro si va afectar de manera negativa a los negocios.
“En el momento que las personas comienzan a ser administrados eso, ellos no se van a quedar dentro del centro. Ellos van a ir a la calle, y no hay nadie ni nada vigilando las personas fuera del centro", dijo Bueno.
Bueno sugiere a los negocios que estén viendo un impacto negativo que se quejen con los líderes de la ciudad para ver cambio.
Pero partidarios dicen que esto va ayudar a muchos batallando con drogadicción -y en esta primera semana los centros han salvado 17 personas de sobredosis.
Gente en la comunidad nos dice que esas personas necesitan ayuda, pero preferirían que el centro no estuviera tan cerca.