Sofia Toas es madre de dos niños y trabaja limpiando casas... cuando la contratan. Hasta hace poco, lo que le daban en un banco de comida en Ridgewood le ayudaba para alimentar a su familia.

"Al menos con dos niños no puedo, no, no hay mucho trabajo y encima de eso no nos ayudan con la comida", dijo Sofía.

Sofía es una de más de 60 familias que este lunes recibieron suministros del banco de alimentos Woodvine, en Ridgewood una despensa comunitaria que opera desde el pico de la pandemia.

A principios del año distribuían alrededor de 300 cajas de alimentos a la semana. Cada una abastecía a una familia de tres personas durante tres días.  

Pero ahora la ayuda se ha reducido a menos de la mitad. Lo que distribuyen alcanza para una o dos personas. 

 

“Antes eran bolsas robustas de ñame, papas, de cebollas, cosas así como la canasta básica, verdad, y ahora es un poco más variado y es menos cantidad", explicó el voluntario Andrew Moore.

Esto está pasando desde principios de Marzo, después que P-FRED, un programa federal de distribución de alimentos durante la pandemia, redujo en un 80 por ciento los fondos que le dan a los bancos de comida. 

Eso ha dejado a miles de despensas comunitarias sin alimentos.

“Y de la noche a la mañana se cortó y punto, eso es lo que nos sorprende mucho... nos sentimos a un cierto punto como un poco discriminados", dijo Emilio Vázquez, otro voluntario

Para mantener la despensa abierta los encargados piden y reciben ayuda de supermercados y otras empresas privadas.

 

Una portavoz del departamento de Servicios Sociales de la ciudad de Nueva York, la agencia a cargo de administrar el programa P- FRED, nos dijo que el programa dejará de funcionar a finales de junio. 

La agencia le ha advertido a los responsables de las despensas a que soliciten otros fondos disponibles para la compra de alimentos. 

Mientras tanto, los voluntarios dicen que desconocen qué tanto tiempo tardarán en procesar esta nueva solicitud y de cuánto será la ayuda.