La Compañía de Danza de José Limón es una de las más prestigiadas en Estados Unidos y, curiosamente, ninguno de sus coreógrafos en los últimos años había sido de origen mexicano.

"Esto significa que, en 75 años, a pesar de que José Limón nació en Culiacán, Sinaloa, un coreógrafo mexicano jamás había trabajado en la compañía. Y esto es un proceso cósmico, es un proceso de descolonización y, pues, es un suceso sin precedentes", explica el talentoso bailarín y coreógrafo mexicano, Raúl Tamez, quien estuvo viviendo en Nueva York para realizar este proyecto por encomienda especial de la compañía dancística.

"La obra se llama Madre migrante, es una obra muy sensible, poderosa y mágica. Trabajamos el tema de la madre, de la virgen de Guadalupe y también la coalición que hay entre Guadalupe y Coatlicule. Ésta es la diosa de la fertilidad en la mitología azteca. Y bueno, también se llama Migrant Mother porque hablamos del fenómeno migratorio: de los que mueren en el desierto y de aquéllos que mueren en la Bestia –el tren– tratando de llegar a los Estados Unidos. Al final es un canto de hermandad que busca unir ambas culturas: mexica y cristiana… estadounidense y mexicana", detalla el bailarín azteca.

Tamez compartió algunos detalles sobre la titánica labor de crear esta pieza que, si bien cobró forma al ensamblarse en Nueva York, se comenzó a gestar desde los pueblos originarios de México: "Ha sido un proceso complejo porque trabajo con temas indígenas, con danzas tradicionales, utilizamos penachos, huipiles… Entonces, pues he tenido que ir a las comunidades y viajar mucho para conseguir cada uno de esos objetos. Y la otra etapa, pues aquí en Nueva York; entonces, con los bailarines han sido cuatro semanas extenuantes de trabajo. Pero yo llevo un año preparando la pieza".

Es conveniente resaltar que las presentaciones de la Compañía José Limón coincidieron con el Día Internacional de la Danza y que la pieza de Madre migrante también tiene planes de presentarse en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.