Bienvenidos al vecindario de Jackson Heights, que para residentes como Roberto Ramírez quien lleva once años viviendo aquí hay muchas razones que lo hacen único.    

"Están todas las tiendas al alcance, están cerca los trenes, los buses, hay más movimiento en el comercio, la gastronomía más que todo hay de diferentes países", dijo Ramírez.

Y es que hay cientos de restaurantes y vendedores ambulantes que brindan comidas de distintas partes del mundo.

Luisa, quien no quiso dar su apellido, lleva casi dos años vendiendo tacos en la avenida Roosevelt.  

“De donde quieran vienen aquí a probar los tacos, los que no comían tacos ahora ya les gustan los tacos", dijo la vendedora.

El vecindario de Jackson Heights es de aproximadamente 175,275 personas, de las cuales un 65 por ciento es latino, el 19 por ciento asiático, un 4 por ciento de raza negra y un 10.7 por ciento de raza blanca.

Es conocido por tener la mayor población de comunidades LGBTQ en la ciudad de Nueva York y anualmente celebran el festival del orgullo de esta comunidad.

Aquí se hablan más de 160 idiomas.

 

 

Es el hogar dicen de la pequeña Colombia, la pequeña India y otras comunidades que han llegado de todas partes del mundo a empezar una nueva vida en esta lugar convirtiéndose este en uno de los vecindarios más diversos de la ciudad de Nueva York.  

Para Dayana Cardona quien trabaja en un restaurante colombiano, lo más importante es la cercanía con sus compatriotas.  

“Tener contacto con la gente de la misma tierra de uno y escuchar tantas anécdotas que hay y poder ofrecerle un producto como es por ejemplo a veces la gente dice, 'hace tiempo que no me comía un buñuelo', 'hace tiempo no me comía un pan de bono', entonces es rico porque le puedes como ofrecer eso", dijo Cardona.

 

Sin embargo, la comunidad dice que hay cosas por mejorar en el vecindario.

“Creo que podemos mejorar el servicio policial, no porque la zona sea mala sino porque hay muchas personas con problemas mentales", agregó Cardona

“Una tiene que estar segura, más seguridad para uno vea", dijo Luisa, la vendedora.