Sentados afuera en el calor, con hambre, sed, sin acceso a un baño y sin saber qué pasará.

Es la escena desgarradora de decenas de migrantes, la mayoría hombres de países como Senegal, Venezuela, Ecuador y Colombia.

Esperan sobre la acera del Hotel Roosevelt en Midtown en una fila que le da la vuelta al bloque. 

“Yo estoy aquí para dos días, pero tengo compañeros con los que he hablado que tienen tres, cuatro días durmiendo acá, pasando en la intemperie, la noche con el frío, las ratas que se te pasean en la calle”, contó Santiago Bermeo, migrante de Ecuador.

La prioridad de refugio es para familias, mujeres y niños. Estadísticas oficiales sostienen que más de 93 mil migrantes han entrado a Nueva York en el último año.

El alcalde Eric Adams dijo que obtener autorización de trabajo cambiaría las reglas del juego, pero que el gobierno federal no ha dado respuesta. 

Por su parte, la Sociedad Legal y la Coalición para Personas sin Hogar declararon acción legal contra la ciudad si los migrantes siguen durmiendo en la calle, mencionando la ley del “Derecho al Refugio”:

"La Ciudad tiene muchas herramientas disponibles para permitir que las personas salgan de los albergues y abrir cupos para quienes esperan en la calle. Pero el Estado tiene la obligación de cumplir con sus responsabilidades, garantizar que las personas tengan un lugar a donde ir por la noche", dijo Josh Goldfein, abogado de The Legal Aid Society.

 

 

En respuesta la Alcaldía señaló:

“Mientras que nuestra compasión es ilimitada, nuestros recursos no lo son. Apreciamos que Legal Aid esté de acuerdo en que necesitamos desesperadamente ayuda de nuestros socios estatales y federales. Mientras tanto, alentamos a los migrantes a que acepten las colocaciones disponibles fuera de la ciudad a medida que estén disponibles".

En la calle hay quienes se solidarizan y también cuestionan la falta de presencia de organizaciones humanitarias y de las autoridades competentes.

“Lo entendemos, porque pasamos por lo mismo también", dijo Adriana Contreras, refugiada en Hotel Roosevelt. 

“Además, hay familiares, personas que nosotros conocemos y es fuerte la situación", agregó Dulce Contreras también refugiada en el Hotel Roosevelt.

“Me da un coraje, que esté esta gente… ¿dónde están las organizaciones humanitarias dándole servicio a la gente aquí?”, dijo Almira Roldán.

Y en definitiva, la escena no nada fácil de ver en vivo y en directo, hemos visto a hombres y mujeres orando aquí en la calle sobre pedazos de cartón, como también otros migrantes salir del hotel para traerles comida en solidaridad. Por su parte, personal del hotel, ha permitido el ingreso de unos cuantos mientras que la larga fila continúa.