Vista desde el aire, una caótica escena mostró lo que pocos a nivel del suelo pudieron imaginarse tras escuchar un estruendo en el vecindafrio de Olinville en El Bronx

Y es que, en dicho incidente, un trabajador de construcción hispano se aferraba a la vida mientras estaba suspendido de la cuerda que interrumpió su caída desde un andamio.

Giovanni Ureña fue estigo del accidente: "Agradecido que ese muchacho va a vivir un día más. Porque cuando la explosión que yo escuché en el 13 piso fue increíble. Yo pensaba que era la lluvia pero cuando lo vi que estaba en la soga, yo dije: por favor, Dios mío, no deje que ese hombre se caiga. Dichoso que tenía su soga pegado de él, si no hubiera muerto; los amigos estaban gritando para salvarlo y se hizo todo lo imposible para bajar el scaffold pero era bien difícil". 

El ruido ensordecedor que los vecinos escucharon, según inspectores del Departamento de Edificios, no fue un estallido ni detonación, sino escombros estrellándose contra el techo del andamio erigido para reparar la fachada del edificio que alberga un centro de atención para adultos mayores. 

Tras ser rescatado por sus compañeros, el trabajador fue transportado al hospital Jacobi.

La advertencia de quien presenció los casi 10 minutos de agonía para los que se dedican al peligroso oficio: no escatimen precauciones. 

"Por favor, tomar precaución siempre. No importa cuando ni donde. Si es el primer piso o quinto piso como este, amárrense. Seguirdad señores, vivan un día más, porque uno nunca sabe. No solamente hay que rezar, señores, amárrense", recomienda Ureña.    

En contraste con lo declarado por el Departamento de Bomberos y los testigos del incidente, la administración de este centro de atención para adultos asegura que el incidente no pasó de más de cinco ladrillos caídos. 

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