A través de una oración, la familia González Sánchez conmemora el Día de Muertos y elevan sus plegarias para que sus difuntos los eschuchen durante su regreso al hogar.  

Roberta Sánchez, la matriarca de la familiar, explica el propósito de la tradición: "Los invitamos a que vengan a convivir con nosotros y a lo mejor pues hastabrindar con ellos".

HISTORIAS RELACIONADAS:

El Día de Muertos se celebra el 1 y 2 de noviembre en México y en algunos países de Latinoamérica. Roberta Sánchez y sus nueras comienzan a decorar el altar desde muy temprano. El altar lleva los recuerdos de varias generaciones. Son los padres, suegros, hermanos, cuñados y hasta mascotas de cada una de sus familias. El recién fallecido es el cuñado de Maribel González, quien murió este año de COVID-19. 

Maribel González es nuera y comenta al respecto: "Se dice que ellos vienen para que se lleven, por decir, lo que uno los están ofreciendo que es la comida y el pan. Y más que nada que se lleven la aroma".

En su ofrenda, esta familia coloca el platillo de mole y carne de barbacoa. Tampoco puede faltar el pan de muerto u hojaldras (como se les conoce en el estado de Puebla) y las bebidas alcohólicas como el tequila y la cerveza. Se conforma el altar con el copal y, en al frente, una cruz con velas.

 

La tradición dice que la luz ayuda a alumbrar el camino a los difuntos. A la entrada de la casa, la puerta se mantiene abierta y se crea una guía hacia el altar con flores de cempasúchil. Se sirven platos de comida para cada difunto y la familia come con ellos. 

"No lo vemos como un gasto porque lo vemos como un gusto que tenemos para nuestros difuntos que, pues todo el año no Los tenemos, sino hasta este momento", explica Sánchez.

El altar permanece así hasta el siguiente día. En la mañana, la tradición continúa con el café, chocolate caliente y hojaldras, cuando la familia vuelve a comer de nuevo acompañando a sus difuntos. Al mediodía se termina la fiesta y se regala lo que tiene en la ofrenda. 

Emma Santos, otra de las nueras en la familia, voncluye: "Cada año que se hace [el altar] uno los recuerda y más de corazón se recuerdan. Pero no tiene que ser cada año, el recuerdo debe ser todos los días".