George Contreras fue socorrista durante el 11 de septiembre de 2002 y ahora recuerda ese trágico día frente al nombre de uno de sus compañeros que murió en los ataques: "Fue muy difícil ver no solamente las 3,000 personas que murieron sino también entre ellos nuestros amigos y colegas, personas que sabemos que nunca más las vamos a ver".

Contreras fue uno de los paramédicos que respondió a la emergencia para atender a los lesionados el 11 de septiembre. Y es uno de los miles de trabajadores de limpieza y rescatistas que han sufrido los estragos de ese esfuerzo. 

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"Un evento así trae muchas secuelas psicológicas. El trauma de haber vivido, sobrevivido ese tipo de evento trae muchas consecuencias a las personas después": detalla Contreras.

Desde entonces, ha padecido de depresión crónica y desorden post-traumático. Tanto así, que tuvo que dejar su trabajo por seis meses para buscar ayuda psicológica: "Realmente, creo que no se habla de la parte psicosocial que afectó desde ese día.  Conozco a personas que se han suicidado por lo que han sobrevivido, le dieron enfermedades. Realmente fue difícil sobrevivir".

Además, el humo y partículas que expulsadas por el colapso de las torres dejó enfermedades que han sido documentadas durante los años después de la tragedia

Al respecto, este valiente rescatista apunta: "Aunque después dijeron, a pocos días, que el aire era aceptable; uno que estaba ahí decía 'Eso es imposible, cómo es'. Yo respiré ese aire y sentía que estaba respirando algo muy, muy pesado; pero, qué iba a hacer, ¿dejar de respirar? Tenía que continuar haciendo el trabajo y la labor y ver enfrentar las consecuencias cuando vengan".

Unos 10,000 trabajadores y otro personal en la Zona Cero han sido diagnosticado con cáncer. El registro de salud del World Trade Center ha dado seguimiento al estado de salud de unas 71,000 personas que vivían y trabajaban en el área durante los ataques terroristas. 

Contreras es representante de este programa y dice que, además de cáncer, muchas de estas personas han sufrido varías enfermedades, entre ellas problemas mentales, respiratorios y gastroenteritis: "He conocido muchas personas que han fallecido a los 40, antes de los 50 años, policías, bomberos, técnicos y paramédicos, enfermedades muy raras, cánceres raros".

Sin embargo, Contreras agradece que, por lo menos, gracias a la ley Zadroga, pueden contar con la ayuda médica que necesitan para tratar sus dolencias.